Casa de Souji

Okita Souji se encontraba caminando por los bosques, explorando estos terrenos algo desconocidos para él. Suspiró drámaticamente entonces, ahora estaba al servicio del escuadrón Dernier Spoir, había prometido sus servicios a aquella jovencita de rostro angelical... Tal y como lo había hecho con Shinsengumi...

Sacudió la cabeza, dejando esos tristes pensamientos atrás y se enfocó mejor en la joven quién había salvado su vida.

¿Cómo era que se llamaba?

Souji frunció el ceño, tratando de recordar el nombre de esa muchacha.

-¿Acaso se llamaba Yaku? Eh...¿Yiku? Hmm....-Pensativo, se rascó la barbilla- Oh si, cierto. Se llamaba Yuki- Murmuró para luego sonreir de lado, su expresión divertida- En serio... Si alguien me viera pensaría que estaría loco. Hablando sólo y eso...

Y pues ¿Qué esperaban? Okita se encontraba completamente sólo ahora, sin ningún conocido o camarada. La única persona con la que se había topado era con la líder del escuadrón al que pertenecía.

Perdido entre sus pensamientos, Souji llegó a una colina y el joven notó que arriba de esta colina se encontraba una especie de casucha.
Recordó entonces que no tenía ningun lugar dónde quedarse o dónde vivir y aquella casita en mal estado era lo único que podría usar en estos momentos. Souji subió las escaleritas de piedra de esta colina, hasta llegar a la cima. Con cautela se acercó a la casita, no queriendo molestar a nadie, aunque dudaba que alguien viviera ahi, de todas maneras el joven habló.

-Oooi ¿Hay alguien dentro?... ¿Hola?- Llamó.

Viendo que nadie le respondía, Souji decidió asomar lentamente su cabeza para mirar los interiores de la casa. Suspiró entonces, relajádose a la vez.
Se adentró y acomodo su katana y wakizashi en la esquina de la casa y se detuvo para inspeccionar el lugar a detalle. Podría limparla con facilidad, acomodar y reparar las paredes de su ahora nueva "casa" y quedaría descente. Conseguir algunas cosas para su comodidad y estaría perfecta.

Okita asintió entonces, de manera entusiasta.

-Bien. Desde ahora esta será mi casa- Terminó diciendo con esa sonrisa tan característica de él.

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