Mi humilde morada

Se sentía tan bien que su rostro sencillamente era transparente en sus gestos. Su corazón se agitaba al igual que su respiración. El cuerpo de Aeon rodeándola de alguna extraña forma la hacía sentir resguardada y protegida. Era encontrar en él no solo un buen amante, sino también alguien con quien ser franca y translúcida. Aquél "Te amo" que llegó sincero a sus oídos le pintó un gesto tierno en el rostro, dejándo salir de lo más profundo de su pecho un: -...Yo también- pronunciado dulcemente entre jadeos y miradas.

Aquél sonoro pensamiento que resonó en su mente la impulsó a clavarle el más profundo de los besos, y mientras sus labios enredados se juraban amor eterno, la voz de ella resonó en la mente ajena *No lo prometo...* hizo un silencio dejando entrever en sus comisuras una leve sonrisita *...Lo juro*

Una sonrisa adorno sus labios al escucharla afirmar también su amor por el *eso era lo que quería escuchar mi amor* no era la primera ves que hacían algo como eso y el gracias a eso sabia que konna realmente era una sádica masoquista así que al tenerla de ese modo no lo disfrutaría tanto y para lograr pagarle todo lo que debía tendría que complacerla.
Lentamente se desaparto de ella con esa misma gran sonrisa en los labios, poso su mano sobre su pecho y la lanzo sobre la cama dejándola recostada de nuevo, muchas ideas pasaban por su mente en ese momento pero una muy placentera salio a flote * se muy bien la forma en la que te gusta...mi amada pervertida*.
De un salto bajo de la cama y se dirigió a el lado conde se encontraban los pies de la contraria y los jalo in importar que las sabanas se movieran junto a ella y se detuvo asta que sus piernas sobresalían de su cama, la miro de pies a cabeza y se abrió paso frente a ella abriendo sus piernas de nuevo y se inclino posando ambas manos a unos pocos centímetros de los hombros de konna penetrándola aprovechando la fuerza de la caída de sus manos, ahora tenia como darle tan fuerte como a la masoquista le gustaba y podría contemplar sus gestos.

De pronto y sin aviso las cosas cambiaron "de color". Del aire tierno y romanticón, las cosas se tornaron un tanto bruscas y hasta agresivas, pintándole una sucia sonrisa en los labios.

Aeon se separó lentamente de ella, pero de la nada la empujó sin más, haciendo que quedara recostada sobre la cama. Un tanto sorprendida por aquello le siguió con la mirada, a la expectativa. Lo vio rodear la cama con esa mueca tan particular adornando su rostro. Pensaba y pensaba que era lo que podía estar planeando su amo, quien se detuvo a los pies de la cama observándola en silencio.

Los verdes ojos se clavaron en los contrarios, sin siquiera levantar el rostro, y le vio inclinarse levemente sobre la cama, rozando primero sus tobillos, para luego jalar fuertemente de ellos. La arrastró con sábana y todo directo al borde de la cama. Apenas la mitad de sus glúteos quedaron reposando sobre el filo de la cama. Las rodillas juntas buscaban no mostrar aquella zona tan íntima, pero el rostro que apenas reflejaba una leve sorpresa, marcaba más bien el deseo de ser poseída.

Aeon, aún sosteniendo sus tobillos, comenzó a deslizar suavemente las manos cuesta arriba. Su rostro era extrañamente morboso y seductor. La implacable sonrisa en sus labios y la penetrante mirada la cautivaban dejándola en silencio, observando como lentamente el depredador acechaba a su presa.

El rozar de la yema de sus dedos sobre la piel la estremecía levemente haciéndola mover apenas de forma perceptible sus piernas. El demonio se abría paso por entre sus piernas, llegando a las rodillas y levemente subiendo más y más. Parecía hacerlo en cámara lenta, o es a caso que ella gozaba tanto de aquél sucio juego de seducción que el tiempo parecía pasar mas lento...

Cuando finalmente llego a lo más profundo, lo vio caer sobre ella, quedando separados por la distancia en largo de los brazos de su amo, quien la observaba desde lo alto. La mueca en su rostro no se borraba, y tan audaz como se había lanzado, la penetró nuevamente, pero esta vez más profundo y más brusco. Nuevamente perdió el aliento, fue tan inesperado y sorpresivo, pero a su vez declarado en su sonrisa... se ruborizó e incluso intentó disimularlo, pero esa línea curva que delimitaban sus labios con tanto placer era la clara aprobación de aquello. Se dejó llevar sin oponer ninguna resistencia....

Había llegado a aquel punto donde ella se encontraba sumisa por el placer, el dolor de que le causaría entrar de forma tan brusca en su intimidad y lo apretado que se sentía dentro no pudo evitar que unos gemidos se escaparan de sus labios.
Una tras otras ves empujaba fuerte con su cadera para que su viril miembro entrara brutalmente, el calor se comenzaba a sentir dentro de la habitación y el placentero sonido de los jadeos de la contraria que se hacían mas repentinos conforme aumentaba la fuerza y velocidad de su compás.No despegaba ni un solo momento la mirada, tan llena de placer y con esa sonrisa pervertida que le invitaba a seguir y saciarse con su cuerpo toda la noche...
Los blancuzcos cabellos de el se movían al ritmo de las embestidas dejando su rostro ligeramente cubierto por ello.Por mas que ella intentara cubrir su sonrojo era demasiado claro como para siquiera negar, cada ves imponía mas su cuerpo contra la de ella forzándola a abrir mas sus piernas para llegar asta lo mas profundo de su ser.
-K..konna-.

No podía evitar perderse en la exquisita sensación, en los ojos que deleitados la observaban, en aquél calor que la invadía y el sonrojo arrebatado de sus propias mejillas. Apretó los puños conforme las envestidas se hacían más bruscas y profundas, viendo como la platinada cabellera se paseada de ida y vuelta suspendida sobre ella. Estiró un brazo alcanzando con la yema de sus dedos el pómulo contrario, deslizándose sobre la tersa piel hasta tocar los perfectos labios. Una mirada distante a la morbosidad de sus actos se vislumbró de sus ojos al escuchar su nombre. Se perdió por un instante en sus dedos que lentamente se paseaban libres por el rostro de marfil frente a ella. Observaba, más allá de todo, como con delicadeza deslizaba las yemas cautelosas por el cuello de Aeon, bajando a través de las clavículas, dibujando sutiles líneas en tus pectorales.

Parecía estar en otro mundo... Sumisa, ahora silenciosa, con una mirada ajena a su habitual repertorio... parecía otra...

La comisura de sus labios apenas se movieron, dando lugar a una gentil mueca, para luego dibujar en sus labios una pronunciada línea curva, que terminó siendo la más grande y sucia de sus sonrisas. Lo tomó bruscamente por la nuca, venciendo la resistencia de sus brazos para dejarlo lo más cerca de su rostro posible.

Le clavó un beso que dañó sus propios labios, dejando emanar de éstos un leve hilo de sangre que terminó por saborear entre medio.

Aquellas caricias que recorrían su piel aceleraban mas sus latidos, lo hacia con delicadeza era como si lo estuviera alentando a seguir caricias que eran como recompensas. Sus cálidas manos recorrían desde su cuello asta sus pectorales, todo eso lo dejo por un momento en blanco de modo que parecía atontado por la sensación de sentirla recorrer su cuerpo para sin pleno aviso lograr romper la posición en la que se encontraba cayendo sobre ella dejando que todo el peso de la caída afectara la penetración ejerciendo mas fuerza en su contra, por lo que frunció el ceño y reprimió ese gemido.
Sus brazos quedaron estirados y sus labios presos de los suyos por un inesperado beso que la entrada feroz daño el labio contrario, ese beso le supo exquisito acompañado de ese vital liquido y el sabor de su saliva.Incluso mordió levemente dejando que solo la punta de su colmillos rasgara su labio provocando un mayor hilo de aquel carmesí elixir, todo aquello sumado a lo placentero que se sentía estar unido a ella.
Aunque se encontraba a un posición mala movía su cadera a un ritmo lento,con cada movimiento los pechos de la contraria rosaban su pecho y su abdomen de dejaba reposar pobre el cálido estomago de su amante.

Sintió como los laqueados colmillos rasgaban la piel de sus labios carmesí, pintándolos levemente de un peculiar rojo sangre. Se perdió en el beso sintiendo como las embestidas eran ahora un tanto más pausadas pero igual de profundas. Deleitándose en el vaivén, en las bocas unidas que respiraban el aliento ajeno, en los ahogados gemidos y en el rozar de sus cuerpos. Cerró los ojos dejándose llevar, entrelazando sus largos dedos con los del contrario. Ya no era un simple acto banal de sexo desenfrenado y brutal... Su corazón se ajetreaba más y más con cada repercutir en su interior, quitándole lentamente el aliento.


Dejó libre la pecaminosa boca de Aeon, permitiéndole respirar a su antojo. Desvió la mirada a un lado, hasta se le hacía penoso dejar tan al descubierto sus oscuros deseos y aberrantes fantasías. Desde cuando se sonrojaba por dejar libre a su imaginación? Es acaso que era culpa de sus sentimientos que ahora tenía las mejillas enrojecidas? Por un momento se le hizo imposible sostener la mirada ajena. Buscó perderse en lo profundo del abismo tras los hombros de su amo, pero las embestidas incesantes la traían de nuevo a su rostro, sintiendo como poco a poco su vientre se llenaba de placer.

Apretó con fuerza las manos ajenas, buscando en ella el regocijo de su caricias. Era una ocasión "especial", algo que nunca antes había acontecido, o que mejor dicho, nunca tuvo tal carga emocional.... Entre jadeos y gemidos se acercó a su oído para juguetear con éste y luego susurrar entre respiros, un suave -...Te.....Amo..-

Ese beso que combino tantos factores lo dejo sin aliento pero con una sobredosis de lujuria y sentimentalismo, su cálida piel junto a el que le acobijaba , aquello no era como las veces anteriores que solo era sexo vació sin un propósito mas que cumplir con aquellas necesidades que tiene el cuerpo, ahora demostraban el amor que tenían el uno por el otro.
Al estar frente a ella pudo percatarse en la forma en la que avergonzaba y desviaba su mirada para que el no lo notara eso era considera por el como algo especial porque para lograr que ella hiciera realmente eso aquellos que sentía por el era verdadero.Aferro mas sus dedos a los de ella siguiendo el vaivén de sus caderas y llevo las manos de la contraria a su espalda para poder dedicarse mayormente a embestirla y mirar ese frondoso rubor de sus mejillas.
-Te amo..nada nunca nos separa- decía entre jadeos a causar de aquel placer tan creciente que le brindaba aquel húmedo lugar-incluso matare al ángel de la muerte de ser necesario- .

Estaba perdida en el sin fin de sensaciones y placeres, cuando las últimas palabra la detuvieron en seco.

-El....Ángel...de....- sus ojos se abrieron de par en par, se inmovilizó su cuerpo y quedó completamente en blanco a la vez que sus labios gesticulaban las últimas dos palabras -...la Muerte-

En su mente un panorama blanco, lleno de luz dónde no se distinguía el horizonte. Una sombra negra que se abalanzaba sobre ella.... la profunda oscuridad.

Su pecho se comprimió de tal forma que el aire le fue arrebatado en un último suspiro. Sus ojos perdidos en la nada, sus labios que sigilosos se movilizaban pronunciando palabras sin sonido, la frigidez de su cuerpo que había olvidado el placer que hasta hacía segundos estaba sintiendo. Su corazón casi se detiene por completo.

"-Por favor!! Se lo suplico!!!... Ya.. YA BASTA!!-" las voces recorrían su mente claras y vívidas como si las escuchara en ese mismísimo instante, sus pupilas se contrajeron por completo... "....*Llanto* Se los pi-pido por f-favor... ya.... no puedo más...."

-Malditos....-

" Shhh~ Insensata pecadora!-" "- Por qué?!!! Por qué me hacen esto??!!- -Por qué es lo que te mereces, es el castigo que te corresponde....- -Ya bastaa!! Se los... suplico.... *Golpes*..."

-Hijos de....- una profunda irritación se apropió de sus susurros, aún con la vista en la nada y el cuerpo endurecido, sus ojos demostraban una rabia irrefrenable.

Las imágenes comenzaron a suscitarse en su mente, y en su rostro gobernó el terror total. Se reincorporó abruptamente sin ser capaz de diferenciar dónde y con quién se encontraba. Se arrastró hasta la cabecera de la cama dejando a Aeon atónito a los pies de ésta.

Un sudor frío recorrió su desnudo cuerpo, su corazón se agitó repentinamente, y no pudo hacer más que amotinarse contra el respaldo de la enorme cama. Se tapó los oídos como una niña pequeña que no quería escuchar, cerrando los ojos con fuerza y escondiendo el rostro tras sus rodillas. Parecía estar en shock.

-YA BASTA!! DÉJENME EN PAZ! NO HE HECHO NADA!.... no me lo merezco...-

Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, imparables, irrefrenables... Las voces seguían en su mente, la sensación de los azotes, de las manos que tocaban su cuerpo, de las macabras muecas de aquellas sonrisas.... esos mugrosos ojos que se clavaban en ella.

-....Déjenme... ya basta... por favor!.... ya basta....- el silencio.

Su mente quedó en blanco por completo... sus ojos se abrieron observando al frente dónde supuestamente estaba Aeon, pero ella no lo veía... Sus ojos solo observaban la negra sombra que la acechaba en su imaginación. Le extendía la mano y ella se negaba a tomarla... pero allí estaba.... El Ángel de la Muerte.

Se quedo atónito en ese momento, no sabia como reaccionar y mucho menos que hacer, si justo hace unos momentos estaba junto a ella aferrado.-konna....- murmullo escuchando atento a todo lo que ella decía.
En ese momento su cuerpo se sintió frió al tener que verla caer en ese trauma, aya en una esquina de la cabecera de la cama acurrucada como una niña pequeña aterrada por una tormenta nocturna.Su cuerpo había dejado de un lado la excitación pero su miembro aun seguía erecto por lo que tomo un cojín que estaba a su alcance y se cubrió para poder ir a donde ella se encontraba.
La tomo de los hombros con su mano libre y la sacudió.-Reacciona acá no esta presente ese ser despreciable, no tienes que temer mas... tienes a un demonio a tu lado y esta enamorado de ti, sabes lo que eso significa?... no dejare que otro ser o humano te toque un solo cabello- desvió la mirada para ocultar su sonrojo - se que eres mi sirviente pero moriría por ti..-

Un sacudón la trajo de regreso a la realidad de forma brusca, que la hizo contener el airé que de sopetón inhaló tras la sorpresa. Aeon estaba de rodillas frente a ella, consternado y atónito observándola directamente, pronunciando aquellas palabras que incluso en su estado de shock, le llegaban al abatido corazón.

Se dio un segundo para caer en la cuenta de lo que había sucedido, cuando su rostro pasó de la sorpresa al arrepentimiento y tristeza.

-Creo...- intentó verlo a los ojos pero no puedo -que te debo una explicación...- las lágrimas amenazaron con volver a salir, se lanzó a los brazos contrarios buscando protección y tranquilidad. Dejó reposar su rostro en el pecho de su amo, sintiendo como se inflaba a causa de su respiración.

Tras unos minutos suspiró pesadamente, volteándose para dejar reposar su espalda en el pecho de Aeon. Se estiró unos centímetros hasta la mesa de luz dónde se encontraban sus cigarros, y encendiendo uno con el humo de la primera pitada, se dejó llevar por los oscuros recuerdos.


-Sé que ha sido repentino, y pido disculpa por eso, mira como he arruinado este hermoso momento- su voz sonaba melancólica y arrepentida, aún que él no era capaz de ver su rostro. -El Ángel de la Muerte me extendió una vez sus manos.... supongo que habrá sido por que en aquél momento había llegado mi hora... pero no quería abandonar este mundo...- ...el humo de la segunda pitada... -Pero es claro que ha llegado el momento de develar parte de mi pasado....- Se tomó unos instantes para sopesar por dónde debía comenzar.

-No conozco a mis padres, y tampoco he tenido sustitutos... De niña terminé en un convento corrompido por curas enfermos y monjas macabras... Cuando lo veías a simple vista, parecía un lugar hermoso, lleno de hermandad y calma, pero por las noches... era un verdadero tormento. La "Casa de Dios".. Jeh- que terrible mentira- la tajante ironía en sus palabras las hacía burlonas y pesadas a la vez. -Alguna vez has pensado por qué soy masoquista?- el tono en su voz dejó dibujar una mueca en la mente de quien la escuchara -Todo comenzó con la "Confirmación de la Fe de la Salvación Humana". Según este convento, Dios no le apartaba la vista a los necesitados, pero se debía ser sometido a "pruebas de fe" para demostrar que realmente creíamos en Él. Se suponía que todos debían ser expuestos a las tentaciones para no flanquear ante el poder de la obscuridad... pero solo se abusaban de quienes allí por la mala suerte de nuestros destinos nos encontrábamos entre aquellas paredes...- Un silencio perturbador inundó la habitación. Sus ojos observaban tras el ventanal a inmensa luna que se apoderaba del cielo nocturno. - Durante las noches... los demonios rondaban aquél lugar, buscando una presa fresca con la cual jugar... Los curas, que se suponían "Hijos Mandados de Dios", eran los carceleros que junto a estas criaturas se exponían cómo jueces y partícipes de estas "pruebas de fe". apretó el puño con fuerza al recordar aquellos rostros... -Todas las noches, un niño o niña era sacado de sus aposentos y llevado a la capilla, y ante Los Ojos de Dios abusaban de él, diciendo que su "aberrante comportamiento" y "falta de fe en el Salvador" eran merecedores de éstas pruebas.- dio otra pitada -Me imagino que como demonio que eres, sabes de qué son capaces los de tu especie. La única forma de que aquella tortura terminara era siendo sumiso y complaciendo las exigencias tanto del cura como de los demonios... Pero yo no podía tolerarlo... Es así como mis "castigos" comenzaron a suscitarse noche tras noche.... Nuevamente un penetrante silencio que incomodaría a cualquiera, pero era solo el recuerdo de aquellos tormentos que por momentos la dejaban sin palabras, viendo pasar frente a sus ojos aquellas sucias y morbosas imágenes.

-Al principio era el cura de mi cuadra, quien con total libertad me sometía ante las pruebas de fe. Después se sumaron dos demonios... Caín y Abel, nunca olvidaré sus nombres, entre los tres profanaban mi cuerpo, y con el pasar de las noches... uno a uno los curas y demonios iban sumándose. Imagina.... una niña de ocho años... siendo abusada y embestida por un sin fin de hombres y de demonios... rasgándole la piel, destrozando su pequeño vientre, clavandole las garras en su pequeño cuerpo, bebiendo de su sangre... y deleitándose con sus alaridos. Sé que sabes como se siente...- se volteó levemente para observar su rostro. Recordaba lo que había sucedido en su guarida aquella vez, y por más de que no supiera los detalles de lo que a Aeon en su pasado le había sucedido, sabía que él, más que nadie, podía comprenderla. -Un día no lo soporté más... y decidí suicidarme... El Ángel de la Muerte llegó a mi, extendiéndome sus manos, pero no pude tomarla. Era tal mi dolor, mi furia y mi sed de venganza, que por muy muerta que estuviera regresé de entre las sombras para cobrarme todo aquello que me habían hecho. Y esa noche... sentencié el Juicio Final.- Era ahora la frialdad la que se apoderaba de su rostro, un dejo obscuro y macabro se podría entrever en su mirada... -Asesiné con mis propias manos a más de uno... pero hay tres que aún siguen en mi lista. Caín, Abel y Dimitri... Juré que algún día los encontraría.... y finalmente me vengaría de una vez por todas- el sadismo en su voz era imposible de disfrazar, estaba ansiosa por aquello, el júbilo en sus ojos destellaba el deseo de matarlos a sangre fría, ya ni humana parecía. -Pero de alguna extraña manera...- se volteó por completo quedando frente a él, acariciando con la mano la mejilla contraria, susurrando en los labios ajenos una frase que explicaría lo aberrante -.... de alguna extraña manera... terminé gozando que me profanaran... que me hicieran sumisa y prisionera...- sus labios rozaban los de Aeon mientras pronunciaba aquellas palabras -Y ahora no puedo evitarlo... mi cuerpo pide a gritos que lo posean...- sin separarse llevó la mano de su amo a su propia entrepierna, dejándole ver lo húmeda que estaba y lo tibio del interior de su vientre -Pero en ti no solo encontré al mejor amante... también encontré el "tabú".... la mejor combinación que nadie podría pedir... Se puede decir que soy "afortunada", no?- en sus ojos se leían lo más obscuros pensamientos, perdida en el jugar de los labios y la sensación de los dedos de su amo dentro de ella... las cosas comenzarían a tornarse... Salvajes...

Escucho atentamente cada una de sus palabras sin siquiera parpadear, aquel relato que la ponía al descubierto no era uno de los mas bellos pero eso era algo muy común entre los bajos demonios y los corruptos y pedofilos religiosos, ahora todo embonaba perfectamente bien ya todo estaba claro y sabia el porque de sus fetiches y asta la sed asesina que tiene cuando se le impone un enemigo.
Realmente no sabia que sentir, si esa extraña necesidad de encontrar a los inmundos demonios y despedazarlos miembro por miembro o aquella que le decía que tenia reconfortarla en ese momento.Su respiración se agito de nuevo pero esta ves no por excitación si no por la rabia que ahora lo estaba consumiendo-los encontrare...- murmullo con una vos algo cortante y gutural.Una ves mas perdía el control sobre su cuerpo y aquella dulzura que había sentido se desvanecía estaba perdiendo su forma humana y su forma liberada estaba apareciendo, la tranquilidad de sus ojos azules se esfumo dejando unos ardientes globos oculares carmesís,una sonrisa amplia se dibujo en sus labios dejando al descubierto sus afilados colmillos, su platinados cabellos crecieron dejando una larga melena y su ondeante cola apareció.
-Los encontrare y traeré sus corazones ante ti- pero después de escucharla esa psicópata sonrisa desapareció dejo solo un serio gesto mientras dejaba llevar su mano a su intimidad palpando y sintiendo esa humedad, al estar en ese estado era fácil dejarse llevar a los impulsos y aquello que había hecho le llevaba una gran cantidad de lujuria -entonces te consideras afortunada de tener como amente a un demonio y ser prácticamente dueña de su corazón...- movía su cola de un lado a otro mientras dejaba llevar sus dedos un poco mas profundo masajeando ese tibio lugar.

No hizo falta que contestara a aquello, la enorme, brillante y morbosa sonrisa se encargó de ello. Ésta aún se hizo más grande tras sentir como Aeon caía en su juego, entrando más y generando el comienzo de esa nueva excitación. Pero ahora era un poco distinto, no solo la poseía la rabia y el odio ocasionados por los vestigios de aquellos recuerdos, sino que por su contra parte, el deseo de ser nuevamente sometida, de que él... el dueño de sus sentimientos y de su cuerpo, lo hiciera. Y a su vez, su corazón bipolar, que deseaba que fuera con cariño y dulzura, aquello que nunca tuvo la dicha de sentir antes...

Era un verdadero cóctel explosivo de sentimientos encontrados, que desatarían una incomparable noche infernal.

Entrelazó sus dedos con las finas hebras de la platinada melena, viendo en aquellos ojos carmesí el deseo que a ella misma la invadía. Pero se tomaría su tiempo, "La noche es joven" pensó, y por una vez no tenía apuros, podría deleitarse todo el tiempo que quisiera. Repasó cuidadosamente cada rincón de los labios contrarios con la punta de su lengua, seductora, sucia y provocativa, sus movimientos se asemejaban a los de un felino al acecho.

Lo atrajo hacia ella, dejando su espalda contra el respaldo de la cama, haciendo que él se inclinara sobre su cuerpo. Con la punta del pie quitó el almohadón que cubría a Aeon, dejando al descubierto aquella herramienta de placer. Despacio y clavando sus ojos en los del contrario, deslizó ambas piernas a los lados de la cadera del demonio sintiendo como se rozaban con aquella piel, percibiendo como la larga y fibrosa cola ondeaba entretenida tras de sí. Tomó con ambas manos el rostro de Aeon, llevándolo aún más cerca del suyo, para nuevamente entretenerse con esos labios que la dejaban tan deseosa de pecar otra vez.

"No creo en un 'Salvador', en que alguien o algo hará justicia por nosotros... No creo que exista tal poder 'celestial' que tras haber visto con sus ~ojos~ los pecados de 'su creación' quede en silencio e inerte ante tales aberraciones... Si Dios fuera real, y si las palabras profetizadas fueran verdad... Si 'El Todo Poderoso' realmente fuera ~amor y justicia~ nada sería como lo es ahora.... No hubiera vivido las abominaciones que me vi obligada a sufrir. Si lo tuviera frente a mí, y le preguntara el 'por qué?'.... Qué respondería? A caso no es igual de cruel y sádico dejar que una niña de 8 años sea violada por hombres y demonios a la vista del supuesto 'Salvador'? No hubiera sido una muestra de verdadero poder haber acabado con ese tormento por parte suya? Entonces.... por qué dejó que ocurriera? "Dios lo sabe todo, y ante él, todos somos transparentes" No me digas que no sabías que al permitir aquello, no leías en mis pensamientos el profundo odio que germinaba dentro de mí.... Se supone que lo sabes todo.... Entonces solo estabas creando una criatura que te odiaría profundamente por el resto de su vida? Si es así... no es igual de enfermo que lo que hace el Señor de las Tinieblas, el mismísimo diablo? Entonces... yo me pregunto........ Cuán diferentes son estos dos polos?

Se dice que Dios hizo bajar a Lucifer, su séptimo ángel, a lo más profundo de la tierra, con la labor de tentar a los hombres para que con ello reafirmarán su Fe en el Señor. Otros dicen, que como castigo por sus actos, éste séptimo ángel fue desterrado, y por ello se instaló en el lado oscuro de los corazones humanos. Entonces es solo una simple cuenta matemática: Seis Ángeles y el Señor Todo Poderoso, contra un "Desterrado de los Jardines Celestiales". No sería lógico que 'La Legión del Bien' triunfara con solo mover unos hilos?

Pero en cambio... observen el mundo que nos rodean, la desbastación, las almas en pena, el odio entre razas, el abuso absoluto... Si dios fuera tan bueno como 'lo pintan', creen que dejaría las cosas así? POR FAVOR!! Él creó al mundo! Acaso no creen que tiene el poder para sanarlo??.....Jeh- No me hagan reír...

Si estamos alejados de la mano de Dios, de su 'luz' y 'protección', entonces solo nos queda batallar con nuestras propias manos, hacer justicia como podamos... es lo que mi vida me ha enseñado: Vuélvete fuerte y vence a tus enemigos, arráncale el corazón a quien te halla herido, erradica las escorias que ponen piedras en tu camino, por que nadie más lo hará. Eres el dueño de tu vida, y si tú no peleas por ti mismo.... nadie más lo hará, a fin de cuentas nacemos solos.... y moriremos solos... o eso solía pensar.... Ahora... con Aeon junto a mí... creo que ésta última parte.. quizás... llegue a cambiarse.."

Sobre todas las explosiones de emociones que sentía estaba aun aquella excitación en su cuerpo que por mas que ahora sentía una creciente furia en su interior no lograba desasearse de ella.
Esa sensación del sentir como aquella delicada fuerza jalaba su cabellera para tener mas cercanía con sus labios, el recorrer de su suave y húmeda lengua contra su boca esas pervertidas caricias terminaron en un apasionado beso.Mientras mas ella lo atraía a su cuerpo mas sentía ese descontrol crecer en su interior, lo mantenía ocupado entre aquellos besos dejando desprevenido ese cojín que fue arrebatado por su pie*estoy tan confundido en este momento...pero tarde o temprano tendremos que hablar sobre esto* llevo ambas manos a un lado de donde se encontraban las piernas de konna para poderse inclinar de una forma cómoda dejando que todo su peso lo sostuviera sus manos.
Ya con esos exquisitos besos y las caricias que ella le daba se sentía excitado, dejo que sus piernas recorrieran su cadera y que su húmeda masculinidad rosara con la entrepierna contraria, su desesperación crecía y dejo de sentir la tranquilidad de sus caricias, solo quería satisfacer su cuerpo.Dejo sus labios libres para poder contener lo que seguiría, llevo ambas manos a las piernas que lo rodeaban y las soltó para quedar en libertad, ahora ya no era nada parecido al cotidiano demonio que Konna solía observar ahora era lo mas parecido a una bestia que se dejaba llevar por sus instintos ya ni una sola palabra salia de sus labios mas que solo un suave jadeos que era notorio.Poso su mano sobre el delicado cuello de la contraria y en un arrebato la lanzo boca abajo aun manteniendo su cuello sujeto para mantener presionado su cuerpo contra la cama, su mirada se perdía al ver su cuerpo que ya hacia recostado y vulnerable ante el.
Dejo su cuello libre pasando su mano por su hombro recorriendo su piel, bajando solo rosando la yema de su dedo indice siguiendo el caminito de la comuna vertebral asta llegar al nacimiento de su cintura donde la levanto con sus demoníacas fuerzas dejándola en una posición de gatas y con ese vigoroso poder profano su intimidad de nuevo..

Poco a poco Aeon caía lentamente en los sucios hilos de sus jugarretas, siguiendo aquellos besos laboriosos, que con cautela subían la temperatura de su cuerpo. Era placentero, seductor y envenenante....

*Mañana será otro día... pero hoy, hoy es para gozar* Le devolvió entre comisuras arqueadas.

Las piernas que buscaban cautivar la atención del contrario, lentamente se rozaban en caricias con la piel del demonio, al punto de dejarle escapar un gemido al sentir como aquél viril miembro tocaba sutil pero presente la húmeda rosa en flor de su entrepierna. Pero al sorpresa la asaltó tras la reacción de Aeon, cuando sintió sobre su delgado cuello, las largas garras del demonio. Observó en sus ojos la ausencia de aquella "pantalla humana", de la tranquilidad cotidiana, que más allá de los aberrantes actos del pasado, siempre había mantenido en su presencia. Parecía una criatura completamente distinta... el melodioso sonido de sus palabras era ausente en sus labios, solo un leve pero pronunciado jadeo era perceptible. El tacto de su piel al sentir las largas y afiladas garras sobre su cuello la estremeció por completo. Sin darse cuenta quedó boca abajo sobre las alborotadas sábanas de la gran cama, vulnerable e indefensa como en sus más oscuras fantasías se había imaginado, pero no se esperó lo siguiente. La suavidad de las manos ajenas recorriendo el camino de su columna vertebral... en silencio y cauteloso, hasta llegar a su cintura para dejarla en una posición aún más sumisa.

La macabra y sucia sonrisa se le pintó aún mayor en los labios tras ver como su amado demonio se dejaba llevar por los más bajos instintos. Jugueteaba con sus propios dedos en sus labios, entretenida y expectante, hasta que lo sintió entrar hasta lo más profundo de su ser, con una fuerza que nunca antes había ejercido sobre ella. Perdió el aire de sus pulmones con tan solo la primera embestida, aferrándose a las sábanas intentando ahogar aquellos gemidos de placer que como mil demonios se escapaban de sus labios...

En ese momento solo podía sentir lo placentero que era estar dentro de ella, todo su cuerpo reflejaba esa furia que desquitaba con el cuerpo de la contraria,la tomo de su cabellera forzándola a que levantara un poco mas su cabeza con el fin de tener un cuello mas a su alcance, aquellas embestidas eran con el fin de llegar cada ves mas al fondo de ella y causarle mas placer a el con su estrecha cavidad, aquella forma había hecho que su cuerpo cambiara y ahora ninguno de sus atributos era considera como el de un humano.. logrando aumentar también el tamaño de ciertas partes corporales (hello).
Aquel aroma que emanaba la acalorada piel de konna aumentaba su éxtasis junto con sus gemidos y jadeos, repaso una y otra ves su lengua sobre su cuello que ahora estaba vulnerable ante sus ataques clavando al final sus colmillos nuevamente, conforme mas fuerte la penetraba incrustaba mas sus colmillos en su delicada piel dejando beber mayor cantidad de ese vital fluido.
Cuando finalmente quedo satisfecho de su sangre soltó su cabellera dejando que su rostro cayera en la cama con la herida aun emanando hilos sanguíneos , ahora el cuerpo contrario había quedado con la espalda inclinada, poso su mano sobre su espalda mientras que con la otra la sujetaba de las caderas manteniendola sometida.Su suave cola que reaccionaba involuntariamente ante el placer que el sentía ondeaba fuerte de un lugar a otro golpeando una que otra ves las piernas de su amada dejando escuchar un sonido equivalente al de un latigo.

Era imposible no notar como el cuerpo de Aeon se iba transformando por completo, perdiendo cada rasgo "humano" que poseía. Las embestidas, que brutales se sucedía, se potenciaron tras sentir como la húmeda e inclusive, más larga lengua se paseaba libre por el largo de su pálido cuello. Aquella sensación la excitaba aún más, generando un sin fin de morbosos y masoquistas placeres.

De pronto, junto con la presión que ejercía el demonio sobre su melena, los filosos colmillos se clavaron fulmines en su piel, penetrado tanto como las embestidas en su bajo vientre.

Por un momento pensó que buscaba reventarla desde el interior. Era tal la fuerza que de ahogados pasaron a ser pronunciados gemidos, rozando el alarido. La respiración perdió su compás, siendo más agitada y profunda que antes. La sensación de la sangre que se escurría de la herida, paseándose por su pecho, recorriendo hilos del líquido carmesí que manchaban a nívea piel.

El respirar de Aeon se asemejaba a una bestia embravecida gruñendo en su oído. Carecía de sentido común, siendo guiado por la furia de sus insaciables instintos. Finalmente liberó su cuello, dejándola caer débil sobre las sábanas manchadas de su sangre. Sentía en su espalda como las afiladas garras rasgaban deliberadamente pero de forma superficial la piel al descubierto, a la vez que de tal euforia, los latigazos de la fibrosa cola marcaban otro compás incesante, enrojeciendo la zona, ardiendo en sus sentidos, chasqueando en sus oídos.

No era capaz de gesticular palabra alguna... por un momento observó su mano que aferrada a las sábanas era lo único que podía ver. Los dedos manchados de sangre, el golpear sobre sus caderas... Rememoró noches pasadas, pero esta no tenía comparación. Aferrándose de la cabecera a duras penas fue capaz de levantar el torso, pero el vaivén del demonio la obligó a recostarse sobre ésta. Reposó el rostro sobre su antebrazo, dejando parte de su peso sobre éste, amortiguando el contragolpe de la pared frente a ella. Estiró su brazo alcanzando las garras de su espalda, para de un envión lograr que Aeon se inclinara sobre su espalda. Llevó la mano contraria a su pecho, dejándole sentir la suavidad de sus senos, escuchando el gruñir en su oído, la ajetreada respiración y las profundas embestidas que buscaban quitarle el aire.

Aquella mirada que le dedicó fue suficiente para demostrar no solo con los gemidos, cuando gustaba aquello.... sino también para incitarlo a más.


"Cuán retorcida puede ser la mente de un humano, que a costa de su sangre es capaz de llevar sus deseos al límite, sin importar el precio a pagar?... Cuán morbosos pueden ser aquellos deseos, cuán pervertidos sucios y bajos pueden ser los instintos que los incita?... Cuán negro y profundos pueden ser los pensamientos?...... y los más oscuros deseos?

A medida que la fuerza de ella disminuía mas control ejercía sobre el cuerpo contrario,pero no parecía que el dolor le molestase porque cada ves que era mas brusco konna lo gozaba mas, con cada embestida sentía como sus fluidos corporales escurrían por cu masculinidad, realmente lo estaba disfrutando tanto?.
Con un movimiento por parte de su amante quedo inclinado sobre ella apoyando parte de su peso en su espalda, aunque estaba ya devastada por la continua tortura que le daba bajo su vientre y la perdida sanguínea parecía que aun le quedaban ánimos para disfrutarlo mas pues ella misma ahora cogía su mano para posarla sobre su seno e inmediatamente se aferro a el apretándolo, repasando sus garras sobre el . Podía observarla bien desde ese nuevo angulo, escuchar sus gemidos, apreciar sus jadeos y ver cual sonrojada estaba por todo eso.
Al igual que ella a medida que las embestidas aumentaban sus jadeos también lo hacían,las garras dañaban la piel de su cintura a medida que el se aferraba mas a ella dejando salir algunos hilos de sangre por las marcas que sus garras habían dejado en su piel.

La morbosidad no solo se limitaba al hecho del acto banal, sino saber que con la vista Aeon se deleitaba de igual manera. El sonrojo en sus mejillas y los profundos gemidos, pruebas visuales y auditivas de lo inigualable de aquella noche.

Desde el abdomen hasta su pecho, el tacto de la mano contraria guiada por la propia, estremecía aún más sus sentidos... el sudor que ahora cubría sus cuerpos, el roce de la piel, el respirar sobre su cuello, el sonido de sus jadeos... El tiempo pareció detenerse en aquél instante... generando que cada segundo durara una eternidad.

La voluntad le dio fuerza, tras impulsarse con la labrada cabecera de la cama logró reincorporarse quedando prácticamente sentada sobre las piernas de su amante. Completamente expuesta la pálida luz de la luna que entraba descarada por el enorme ventanal, enmarcaba su silueta en aquél frío pero perfecto tono marfil. Las garras que aprisionaban su pecho delineaban caminos improvisados por aquellas gotas misioneras que trazaban rutas sinuosas a través del delicado abdomen, llegando finalmente al foco del placer.

Aún unida a él, inmersa en aquella oleada de excitante deseo, buscó sus pecadores labios para hundirse lentamente en un sin fin de apasionados besos, sintiendo como aquél galope tendido poco a poco incendiaba su interior. Se aferró a él, dejando su espalda en completo contacto con el pecho contrario, dejando caer sobre el hombro ajeno el peso de su cabeza exponiendo así nuevamente la delicadeza de su cuello, invitándole a reincidir...

A ciegas pero certera, dio con la mano libre, entrelazando sus dedos, dejando que la palma de Aeon acariciara plenamente la piel de su entallada cintura, para luego sin reparo deslizarla lento cuesta abajo hasta llegar a la zona más sensible de la figura femenina... aquél punto que con solo un roce la estimula, que con una caricia la enciende, que si se atiende como se debe, deja como reminiscencia el mayor éxtasis existente en la lujuria carnal.

Los estímulos que persistentes desbordaban sus sentidos ahogaban ahora sus gemidos, prediciendo que en breves llegaría a consumar su deseo carnal... a embriagarse completamente en él... en su amado Aeon.

Se aferro mas a ella al sentir como esta de nuevo se reincorporaba dejando que el terminara sentado en sus propias piernas dejando aprisionada su cola entre ellas -ahhh- dejo salir un jadeo al sentir el dolor que combinado que el placer que sentía termino por gustarle esa sensación.A ese paso terminaría como ella gimiendo del placer, dejo conducir su mano recorriendo tu abdomen para terminar en ese lugar donde si era cuidadoso terminaría dándole mucho mayor placer y justo eso fue lo que se propuso brindarle un masaje con sus dos dedos mientras que destrozaba su cuerpo al compás de fieras embestidas.
Aquel cuello niveo que ya había sido profanado por sus afilados colmilos de nuevo quedo expuesto dejando ver ese rostro ruborizado de konna que le insinuaba a seguir con aquello y hacerla gozar mas, termino de nuevo mordiendola pero esta ves sin separarse un solo momento de ella se quedo bebiendo de ella mientras seguia el compas de aquel deprabado baile.

Se hacía insostenible. De golpe la temperatura aumentó al tiempo que los labios de Aeon volvían a posarse sobre su cuello, clavando los colmillos profundo en su piel, sintiendo otra vez la sangre correr de las heridas. Cómo explicar aquella sensación de los labios besando la piel, de los colmillos punzando en la musculatura tensionada, en la húmeda y tibia lengua que alborotada busca evitar derramar hasta la más pequeñas de las gotas? A su vez... Cómo explicar la suavidad, y bizarramente, brutalidad con la que aquél par de pesadas manos se paseaban por su cuerpo, como las garras se aferraban a ella insinuando que era la presa a merced del predador?.... Cómo.... Cómo describir el calor interior que se generaba a causa de las embestidas, de sentir como los ligamentos se extendían en su totalidad para ser capaces de contener tal virilidad ajena? Cómo se puede poner en palabras aquella grata sensación que solo una mente retorcida puede degustas al sentir dolor, al ser sometido, maltratado, castigado...?

Pero a caso esas acciones son negativas? Si uno lo piensa... Para quien no disfruta del dolor, ser lastimado es algo malo, pero para quien el dolor es sinónimo de goce, es entonces uno de los placeres de la vida... En ese caso, se puede considerar malo?

Qué significa "tener sexo" o "hacer el amor"? El común de la gente figura el primero como solo un acto banal cuyos actores suelen ser desconocidos que por el bizarro destino terminan entre sábanas. Y el segundo, según muchos, es hacerlo con alguien que conoces, en quien confías y añoras... La realidad va más bien, por la presencia o ausencia de sentimientos, en ese caso como se definiría esto?

Una humana y un demonio teniendo relaciones, se aman, confían en el otro, pero en este exacto momento se podría decir que ninguno tiene en la consciencia de ese instante estos 'detalles' en mente ya que se están dejando llevar por los bajos instintos... Si lo piensas un segundo: humanos, demonios, vampiros, etc, no somos tan distintos... somos animales gobernados por nuestros bajos instintos que guían nuestras mentes y cuerpos a rienda suelta cuando encuentran la oportunidad. En esta situación, qué los diferencia de un par de animales fornicando? Nada. Sería algo banal? No, ya que esa noche quedaría grabada a fuego en sus recuerdos.


Entre las embestidas, los laboriosos dedos del demonio, las garras en su pecho, los colmillos en su cuello... Se dejó llevar por completo, cerrando los ojos y sintiendo... sintiendo ese inmenso placer que le tensó todos y cada uno de los músculos de su cuerpo. Estaba cerca... ya caería rendida a causa del éxtasis próximo.

El momento estaba llegando , aquel momento del éxtasis donde sus cuerpos finalmente caerían rendidos por todo aquel goce carnal.Tenso mas su cuerpo y se aferro a ella ,no resistía mas sus brutales embestidas ahora se hacían lentas pero igual de profundas, el sabor de su sangre le daba un toque especial en ese momento pero no podría mantenerse concentrado en beber y lamer sangre de su herida.. esa sensación no lo dejaba tranquilo.
sus dedos que se encontraban masajeando aquel lugar aumentaron el ritmo y en esa ultima embestida se corrió con todas sus fuerzas dentro de ella dejando salir un gemido dejando salir todos sus fluidos dentro de ella.No se encontraba en posibilidades de decir un te amo porque solo estaba siguiendo sus instintos como demonio, relamió aquellas heridas de sus cuello limpiando aquellos hilos de sangre que cubrían su tersa piel en un acto de "dulzura" que era la única muestra ya de afecto que podía dar un demonio lujurioso.

Finalmente... el "último acto". Sintió como no solo su cuerpo se tensionaba, sino también Aeon le seguía los pasos. El demonio se aferró a su cuerpo y ahora era ella quien clavaba sus 'garras' en él, sintiendo como lento pero firme se suscitaban las últimas embestidas. Aquellos gloriosos dedos que la condujeron hasta el final del sendero, carceleros de su cuerpo que victorioso se erguía ante tal sensación. Arqueó la espalda al sentir la irrefrenable electricidad que la invadía saturando su sistema nervioso. El último y más pronunciado gemido fue el último sonido en salir de sus labios en aquél momento.

Todo se detuvo... los movimientos del demonio, su propia respiración, todo quedó en silencio tras aquél último suspiro. Su vientre se llenó de los cálidos fluidos, derramándolos por los intersticios de sus cuerpos. Bajó la mirada un segundo, viendo como las sábanas se manchaban aún más, como aquellos líquidos se escurrían por su cuerpo... la sangre que lentamente se diluía dejando de un rosado la pureza de las telas bajo ellos.

Recobró abruptamente el aliento, perdiendo aquella rigidez que se había apoderado de ella. El cuerpo como plomo, los brazos rendidos cayeron a un lado, viendo como los de Aeon lentamente cedían ante el cansancio. La suave lengua del demonio nuevamente repasaba la herida en su cuello, pero era distinto... delicado y cariñoso... puso discernir el sentimiento tras aquél acto. Quién estaba en condiciones de pronunciar palabra alguna? Ninguno de los dos, eso seguro. Pero a duras penas fue capaz de levantar una mano para acariciar gentilmente la mejilla ajena. Sintiendo como ambos pechos abatidos se llenaban del preciado aire y el repercutir de sus corazones que parecían querer huir de aquella prisión tóraxica. No tenía fuerzas ya para moverse, si a duras penas podía recuperar el aliento.

Las heridas ardían como si fueran llamas infernales, mientras en su bajo vientre el viril miembro del demonio palpitaba victorioso en su interior. Se quedó allí, inmóvil... deleitándose con los vestigios de aquél acto. Dejó caer rendido su cuerpo como pluma sobre el marcado pecho de Aeon, sin ser capaz siquiera de levantar la mirada.

Tras unos minutos su ojo punzó sanando las heridas, alejándola del dolor. Tras unos segundos solo quedaba el agotamiento, la pesadez de su cuerpo, y la grata sensación en su vientre.

Una noche interesante sin lugar a dudas, que quedaría en la memoria como huella imborrable, pero más debía saber su amo que aquello no sería la paga total de su deuda, mucho menos saldados los intereses, y eso mismo le pintó una sonrisita en los labios.

Al pasar unos cuantos minutos saco su miembro de aquel cálido lugar lo cual desato que los fluidos combinados de ambos corrieran por las piernas de la contraria, su cuerpo ya se sentía relajado pero a su ves con un gran pesar como si solo mantenerse levantado le costara mucho.Finalmente callo junto con ella quedando boca arria a un costado de la cama donde la humedad y los rastros de sangre no habían llegado, su respiración aun no lograba normalizarse y su humedad cabellera cubría parte de su rostro dejándolo con vista limitada.
Konna se encontraba reposando sobre su pecho al igual agotada pero con una satisfactoria sonrisa en los labios, aunque estaba en una forma donde no distinguía bien los sentimientos por alguna razón se sentía bien de estar a su lado en el que al mismo tiempo una sonrisa adornaba sus labios dejando al descubierto sus colmillos que aun tenían teñido el color de su sangre, suspiro reposando su cuerpo quedando ahora si calmado... al fin la bestia se había logrado saciar. su cola se movía de forma tranquila reflejando la comodidad del demonio.

Allí estaban, ya reposando sobre la cama... Con la mejilla sobre el pecho de Aeon, levantó la mirada buscando sus ojos tras la platinada melena. Allí estaban observándola de aquel apasionado rojo carmesí, mostrando una sonrisa amplia en su rostro gemela indiscutible de la sonrisa el rostro de ella. Reincorporó parte de su torso dejando el peso sobre sus codos, para luego girarse y quedar justo frente a él.

La línea curva de sus labios se ablandó un tanto, enseñando una cariñosa sonrisa, mientras le acariciaba la mejilla descubriendo aquella implacable mirada suya. Tras acortar la distancia un *Regresa...* resonó en su mente, mensaje directo a la consciencia de Aeon, mientras que al mismo tiempo depositaba en sus labios un tierno beso.


Miró a su alrededor, la cama estaba empapada en sangre, ella misma lo estaba.

-Uff..... Esto es un desastre...- y una mueca divertida se asomó por sus comisuras.

*Por que no.... esta noche podemos dormir en mi habitación. Nos damos una ducha (o al menos yo) y dormimos entre mis sábanas, y ya que mañana limpien esto*

A lo sumo a Aeon no le parecía mala idea. Si, si, el agotamiento ganaba pero dormir en una cama empapada en sangre y semen? Esta bien ser retorcido, pero.... eso ya se sale de los límites!

Lo observó unos instantes esperando una respuesta mientras se entretenía perdida en el brillante color de sus ojos.