Choza de Luka

Al llegar al lugar donde se le había consignado encontró su afable posada; un espacio abierto en las inmediaciones aledañas a la Mansión Crepúsculo. Antes de poner un pie adentro su mirada se mantenía en dirección a la imponente residencia de la líder del clan Dernier Espoir.
Aún desde la llanura, el hecho de poder acudir a su ama cuando fuese necesario le pareció agradable. Volteó entonces la mirada hacia el umbral haciendo a un lado las cortinas deshiladas con su antebrazo e ingresó a su morada.
Por cama una añeja hamaca colgaba frente a una chimenea que parecía no haber ardido hacía décadas, las brasas en su interior se asemejaban más a un charco de fango acumulado y restos de hollín aún podían apreciarse estampados en el marco de la estructura así como en el piso de tierra helada.
Más que eso no había en su choza, no necesitaba más tampoco. La necesidad humana por la comodidad es fútil; así pensaba él.
Sin embargo, agradeció que aquella persona especial no estaría en ese momento pasando frío, ni hambre, ni necesidad y tendría a su disposición un cómodo lugar donde dormir y un grato y cálido ambiente donde pasar sus días a diferencia de él.

Por la piedra caliza que sostenía la edificación era posible ver el rastro de humedad de los años. El techo aparejado con maderos y pajas se veía poco resistente y de confección arcaica, y la prueba de aquello no demoró mucho cuando a los pocos minutos diminutas gotas comenzaron a colarse desde el tejado; afuera el cielo gris sollozaba y su dolor entraba en la choza en apariencia de finas gotas que embarraban el suelo.
Se recostó en la hamaca sin evitar el balancearse ridículamente de un lado a otro de más a menos, reflexionando en el dolor del cielo y en su propio dolor.. Afuera, bajo el gran roble, una pila de leña comenzaba a mojarse. Sus frondosas ramas, sin embargo, protegían un hacha de mano que se alzaba estoica enterrada en un tronco de ser mojada más de la cuenta, pero, aunque el oxido ya se había asido de esta, manteniase siempre firme… tal cual como él.