La Hora Pactada

Abrió las fauces al ver la energía acercándose a si mismo, sus ojos se iluminaron por el fulgor de la magia tan próxima a impactar en su cuerpo pero antes de que esta pudiera alcanzarle de forma alguna su organismo respondió raudo estallando en chillonas alimañas chupasangre que sacudían sus alas con pujanza para distanciarse unas de otras, evadiendo así la magia que fue a impactar árboles a lo lejos.
Dichas musarañas peludas de ojos color rubí impelieron contra el Demonio cubriéndole todos los costados de arriba hacia abajo, sobrevolando todas sus salidas a una distancia corta, sus llantos agudos y ensordecedores les daban la apariencia de ser miles de criaturas que franqueándole desde tantos diferentes puntos harían imposible reconocer desde donde se produciría el primer ataque..
Antes que el Demonio pudiese conjurar una barrera un murciélago uniose a otro creando una especie de brecha oscura por la que una mano del Vampiro se adelantó para sorpresa del rival sosteniendo su Casull ARM.454, el revolver blanco, en su mano dirigiéndo la mirilla exactamente entre los ojos del oponente. Desprendió con el pulgar el seguro con su dedo firme en el gatillo en tan solo un milisegundo.
A sabiendas que pese el rival miraba estupefacto el agujero obscuro del cañón este podría defenderse, a sus espaldas otro corte espacial se abrió desde donde su otra mano se ensalzó apuntando a su espalda descubierta, sosteniendo su arma “Jackal” de metal oscuro.
Al mismo tiempo, apenas dándole oportunidad al bastardo, sus dedos se deslizaron por los gatillos y las corredoras de ambos dio un culatazo a la vez que los proyectiles se disparaban girando en espiral directamente a penetrar al rival dejando de rastro un ligero humo en el cañón de arma.

Aún por más que intentó alejarse echándose hacia atrás no había estimado el rango que la bestia podía alcanzar.
El animal rabioso se abalanzó a la boca de su estómago volviendo a atacar sin clemencia la zona herida haciéndole sangrar nuevamente a borbotones de su abdomen. Después de recibir tal feroz impacto su cuerpo fue a dar a lo lejos, más aún así los perros de caza insatisfechos mantuvieron la vista en su presa volviendo a arremeter contra su persona.
Luka apretó los dientes refunfuñando el hecho de salir mal herido, su cuerpo también se regeneraba solo que no tan rápido como el del enemigo, debía mantenerlo a raya por un tiempo y evitar sus ataques para no ser victima del resentimiento de su herida.
Pensando en que hacer en semejante situación, lo único a lo que acertó fue a lanzar su espada directamente hacia la sombra con el filo apuntándole. A medida que la espada se acercaba al canino y el canino a la espada esta fue disipándose en el aire mientras surcaba la distancia entre ambos hasta desaparecer por completo. Cuando cayó por fin del primer impacto se sostuvo firme en el campo señaló con su siniestra al enemigo, así pues, la espada que se había desvanecido ahora se materializaba detrás del perro navegando el aire con la misma velocidad y curso que mantenía antes de ser evaporada; la había difuminado en el espacio manteniendo su aceleración. El arma ahora se aproximaba al enemigo haciéndole focalizarse en esquivarlo. De modo que él aprovechando que el contrario apuntaba su concentración al objeto tendría la oportunidad de atacar a los perros rabiosos y deshacerse de ellos de una vez.
Desde el dedo que alzaba una hebra de energía se hizo más visible, dicha hebra recorrían todos los dedos de su mano izquierda y se propagaba hacia la otra en forma de hilos cortantes mágicos que entrelazados creaban una especie de malla afilada de energía pura. Abrió ambos brazos estirando dicha red y la extendió lo suficiente para abarcar el tamaño de coloso animal para después proyectarla como un urdimbre defensivo a fin de matar dos pájaros de un tiro.